

Liderazgos , autoridad y desorden en el sistema educativo. Reflexiones de Andrés Cervera, terapeuta familiar.
“Hoy nos Preguntamos: sobre el Liderazgo y Autoridad o el Desorden en el Sistema Educativo y sus efectos en las relaciones de sus protagonistas”.
Os planteo hoy, cuestiones relacionales que como ya sabéis, nos surgen al hilo de la investigación que hemos desarrollado sobre el estudio relacional del contexto del alumno absentista y las acciones para la prevención de la violencia, (Ver Conclusiones Investigación Programa Europeo AGIS Diputación Alicante y ACCIONES .VIP. Hemos venido colaborando con profesores y otros profesionales, relacionados con las familias que tienen que ver con la situación de crisis y demanda social con que se encuentra el sistema educativo. De ahí que hayamos observado como se viene dando una cierta distancia afectiva y normativa en la familia y sus relaciones con los hijos, y una falta de referentes normativos tanto en la familia como en la escuela, que nos hacían preguntarnos por la situación actual: ¿cómo los niños y adolescentes se están educando? ¿Se educan cada vez más sin una vivencia de los valores del esfuerzo y más en el éxito rápido?, ¿esto trae consecuencias sobre la motivación y expectativas sociales en la función del estudio? Y si es así ¿se generan posiciones conflictivas nuevas alrededor del profesor-alumno, a quien tradicionalmente no se le venía considerando como un igual en las aulas? Y Por tanto: ¿ partía el profesor con una herramienta necesaria para educar que tiene que ver con la jerarquía que le dotaba y reconocía de un poder social ante la familias y sus hijos, como una autoridad en la materia? . ¿Y ahora, quizá la situación ha cambiado, está en tránsito ó quizá pueda ser que están sometidos a examen el sistema educativo y sus profesionales, su formación, sus funciones, su capacitación en habilidades relacionales ante los cambios, son los que está siendo reevaluados? Y en tal caso , que consecuencias hay:¿Vienen obteniendo en las convocatoria de Junio un suspenso social provisional, ¿no pueden dejar de sentirse en cierto modo cuestionados por las familias y devaluados por la sociedad por la formas del debate social y los tintes de alarma que en ciertos momentos pueden estar adquiriendo?, ¿ viven sobrecargados de exigencias y en jaque por unos chicos diferentes, llenos de vivencias de faltas de obligaciones , y acostumbrados a exigir derechos y a que se les soporte desde una cada vez arrogante impunidad ante las instituciones educativas y sociales ¿?.
Así que os traslado esta invitación sobre estas consideraciones que también me llegan desde los centros educativos por los profesionales con los que me he relacionado en el día a día. Quizá estos primeros pasos que parecen más fáciles de dar se van a ir necesitando cada vez más para la tarea compartida de educar “ hacer equipo” y unión coordinada entre todos los responsables, de manera que se restablezca una posición de autoridad compartida con las familias desde los centros educativos, que generen actitudes constructivas cohesionadas ,y firmes en la Comunidad como sistemas de prevención, porque de lo contrario, podríamos acabar tomando posicionamientos defensivos , que confirmarían a nuestros hijos nuestra incapacidad ,no ya por no tener de momento soluciones concretas , sino quizá por haber perdido la perspectiva, la posición, la credibilidad y trasladar el desencanto social dejando de ser autocríticos . Desde esta posición más constructiva y cercana a la pedagogía sistémica, podríamos entre todos ver por ejemplo como reconducirnos y orientarnos con el conocimiento de la realidad que tenemos, para poder reestructurar y operar con el menor desorden en el sistema escolar. Insisto en que quizá una de las claves fundamentales esté en que los centros educativos y sus profesionales ya no están en situación en ocasiones de seguir ejerciendo toda su capacidad de liderazgo estructural y social en la comunidad, de ahí que su autoridad se sienta mermada , lo que facilitaría una situación de caos o de ciertos problemas cercanos a “ rebelión en las aulas”, y su relación con otros fenómenos sociales preocupantes: como el absentismo ya mencionado o la violencia-acoso escolar, la delincuencia juvenil etc. Redefinir estas situaciones se hace muy necesario si queremos trabajar su detección precoz y diseñar actuaciones eficaces-eficientes. Y desde luego parece de sentido común que lo que no ayudaría es el desconcierto continuo, social y familiar que se detecta. De hecho es muy significativo que cuando se pregunta (desde nuestra investigación AGIS) a las familias, profesores-profesionales y chicos sobre las causas del absentismo y fracaso escolar, digamos que hay una frase resumen que lo define “Cada uno tiende a echar sino acercar, la sardina o el ascua a su morral”, porque hablan como es lógico desde su posición y sentimientos”, por eso pasamos en la investigación cualitativa a confrontar las opiniones en grupos de opinión y debate”, de manera que permitieran una distancia más objetiva y de todo ello salieron algunas consideraciones más a tener en cuenta : Los cambios legislativos continuos de las leyes de educación , aunque puedan ser necesarios en alguna medida, ¿ están permitiendo una coherencia y sosiego necesarios para la función social – educativa?, ¿ están considerando la necesidad de una jerarquía funcional que se refleja en el orden y convivencia necesarias , lo que conllevaría recuperar los valores por el esfuerzo de los logros , respetuosos con los derechos de los demás en base a los principios, de participar desde la actitud del cumplimiento de los deberes en la Comunidad ¿?.
Os traslado estás consideraciones porque al igual que cuando diagnosticamos y intervenimos con los sistemas familiares, creo que guardan, a mi modo de ver, cierta analogía tanto en su proceso de diagnóstico relacional, como en las posibles intervenciones a distintos niveles Estatal- Comunitario-institucional, familiar y sus agentes protagonistas. De manera que parece que tiene bastante que ver con cómo se llegan a formar ciertas problemáticas familiares, educativas y sociales, alrededor de los comportamientos abusivos, desafiantes y agresivos de los jóvenes hacia sus padres, profesores, compañeros de clase, etc. en momentos de su ciclo vital, familias con hijos con necesidad de límites en su infancia y Adolescencia.
La familia, ha sido y sigue siendo el mayor protagonista de las formas de convivencia, tanto en las sociedades rural más tradicionales con la familia extensa, como en el mundo moderno industrializado con la nuclear , para llegar a nuestros tiempos más globalizados y diversificados donde se vienen dando nuevos y continuos cambios en los modelos familiares relacionales , familias reconstituidas, monoparentales, etc. Nuestras sociedades van a seguir necesitando procurar el desarrollo educativo de sus miembros, al tiempo que se procuran unos contextos de logros sociales en salud y bienestar. Pero claro, en todo esto, ¿qué dificultades nos vamos a ir encontrando, qué expectativas, funciones y que efectos están apareciendo en sus instituciones y sus protagonistas y en sus relaciones diarias?
Sabemos que este día a día, de una sociedad más cambiante y compleja hace necesario manejarse con mayor creatividad y flexibilidad ( también llamada hoy Inteligencia emocional ), a la hora de poner en práctica las habilidades interpersonales necesarias para sortear los obstáculos y esfuerzos que se basan en procesos de comunicación, que tejen las relaciones sociales desde nuestra cultura. Recordemos que toda cultura tiene su función social para sus miembros y diseña sus recursos sociales y legales-límites, para conseguir sus objetivos, de ahí el reparto de posiciones y roles en sus funciones. La nuestra no está siendo una excepción y desde que se ha ido adhiriendo a los valores de la sociedad de consumo competitiva, exige y necesita de ciudadanos capaces y responsables para desarrollarlos y modificarlos según las necesidades de una realidad cambiante. ( Jean Jacques Rouseau y Erich From: “Psicoanálisis de la sociedad contemporánea”).
Por lo tanto ante una nueva realidad con un contexto social diversificado en el que , los cambios operan sobre los modelos familiares y de logro social , tendremos que plantearnos como enaltecer los recursos culturales educativos que fomenten el desarrollo de la curiosidad por conocer, desde la escuela “ Poner en valor la cultura del conocimiento” , el cómo y para qué me vale en esta sociedad” donde el poder parece que se ha trasladado del maestro a la relación auto educativa con Internet . De ahí que esta tarea se complique ya que en cierta manera se está generalizando el sentimiento social y la idea de que la función de la escuela-centros educativos se acaba convirtiendo en un mero trámite por el que pasar para obtener títulos que ya no compensan tanto (Estratificación Social). De manera que si no queremos quedarnos bloqueados , cabe preguntarse por las nuevas necesidades que se generan , en las relaciones educativas , su jerarquía funcional y sus posiciones , en la medida que para obtener respuestas eficaces habrá que diseñar estructuras capaces de formar no solo instructivamente sino en lo emocional y relacional , sino queremos generar desequilibrios que convierten la educación general pública en algo más trivial, generalizado pero devaluado para recuperar la cultura y la educación como un valor enorme para la sociedad . Sin compartir derrotismos ni actitudes desalentadoras es previsible que si no caminamos en esta dirección quizá la salud del sistema y de los protagonistas se resienta cada vez más, ya sean las familias, los chicos o los profesionales-profesores (Síndromes de estar quemados y desmotivados). Para ello, acabar recordando la idea de que frente a esta complejidad relacional, que plantea nuevos problemas se requiere de soluciones también ágiles , apoyos que vamos a necesitar, para desarrollar una función educativa más diversificada y globalizada ( Aldea Global, inmigración , comunidades con el reto de la integración).
Andrés Cervera García.
Terapeuta Familiar y de Grupos del SAF
Trabajador Social y Especialista Universitario Superior en Criminología.
Autor: Andrés Cervera
Comentarios
09/10/2007 a las 09:08
El problema de fondo no es sólo que los jóvenes carezcan a veces de metas u objetivos, o que hayan crecido sin unos límites claros y sin tener responsabilidades, el problema más grave es la SOBREPROTECCIÓN que se da en algunos casos. No se les facilitan herramientas para enfrentarse a la vida y a los fracasos. No se mira desde el punto de vista educativo que es el que yo conozco si tienen nivel para aprobar o no, lo que han trabajado, los resultados del examen, trabajos… sólo se pide al profesor, se le exige a veces en clave moral que tiene que aprobar a ese alumno/a porque de lo contrario se va a traumatizar, va a desmotivarse, perder las ganas e incluso abandonar el sistema… y esta perspectiva es abalada por los padres que en ocasiones sólo pretenden evitar cualquier sufrimiento o dificultad para sus hijos, cuando en realidad es nuestra capacidad para enfrentarnos con los problemas lo que nos hace madurar. Los adolescentes no pueden estar en una burbuja de cristal protegidos del mundo exterior… el quererlos no supone desde mi punto de vista que se les proteja en exceso, sino que se les ayude a encarar las cosas… y no sé que pasa con la educación hoy en día que esto en muchas ocasiones no ocurre. ¿realmente les estamos beneficiando así? ¿eso es lo que necesitan para desarrollarse? ¿por qué ha aumentado tanto esta tendencia?
Enviado por: Esther Navarro
03/10/2007 a las 20:45
Antes he escrito otra opinión. La continúo.
Y además de lo que he comentado antes sobre la FALTA DE RESPONSABILIDAD, sobre la falta de valores no creo en una sociedad que relativiza tanto las cosas que al final se llega a cuestionar todo. Creo que los límites son saludables si se establecen con coherencia y que muchos chicos crecen con una ética demasiado laxa de lo que está bien y de lo que está mal, de lo que se pueden permitir y de lo que no.
Pero luego se nos pide a nosotros que \»eduquemos\» se nos pide a los profesores y recuerdo que esto debe ser una tarea compartida… y que deberían establecerse más lazos de contacto entre las familias y el equipo docente, porque efectivamente la influencia de casa, del hogar es vital para el desarrollo equilibrado del chaval y para establecer unas normas básicas de convivencia.
Así que efectivamente necesitamos ayuda, necesitamos esa empatía con los padres, necesitamos esa labor conjunta… y no que se pretenda que seamos nosotros quienes demos únicamente la cara en este aspecto.
No basta con ser consciente de la situación. Hay que hacer algo .
Por otra parte es verdad QUE FALTA CURIOSIDAD en parte del alumnado y que deberían haber programas como la Garantía Social, que a mi modo de ver se deberían ofertar a los 15 años y no a los 16, porque determinados alumnos/as no están interesados en las materias, se aburren en clase y sólo saben llamar la atención con su rebeldía. Un aprendizaje más cercano a sus intereses y a la realización de talleres concretos, quizá podría motivarlos más y servir para reactivar sus ganas de hacer algo útil con su vida y no creo hablar por mí sola cuando digo esto, es una demanda bastante extendida. Facilitar diferentes itineradios, puentes o fórmulas para \»enganchar\» a estos estudiantes tan desmotivadas que acaban abandonando el sistema educativo antes de la edad correspondiente, puesto que hay demasiados casos de absentismo.
Y por supuesto, desde mi punto de vista también FALTA MÁS PRESUPUESTO que cumpla con las necesidades educativas y que se creen ratios más razonables de alumnos por clase, porque en algunos casos las aulas están saturadas… pero ese es otro tema…
Se podrían seguir comentando cosas, pero yo creo que la base es el cambio de valores que estamos sufriendo, el cambio de mentalidad en los chavales, en los padres a la hora de educar, en el papel del profesorado, en la disciplina… y si es un problema complejo que afecta a distintos ámbitos se tendrá que resolver de manera conjunta, colaborando para conseguir entre todos, formar a unas personas o ciudadanos críticos y con capacidad para pensar por sí mismos.
Enviado por: Esther Navarro
03/10/2007 a las 20:26
Como profesora de Secundaria. LLevo ejerciendo 9 años, he de decir que en este artículo se manejan algunos conceptos que a los docentes nos preocupan sobremanera.
Estoy absolutamente de acuerto en el hecho de que EL PROFESORADO EN GENERAL CARECE DE LA AUTORIDAD que debería tener si se le encomienda una tarea tan ardua como la de educar. Sin un cierto orden, autoridad y jerarquía se hace imposible el poder dar una clase con coherencia y orden. A veces sentimos que no tenemos suficientes recursos para \»pararles los pies\» a los alumnos cuyo comportamiento distorsiona completamente el ritmo de las clases y las explicaciones. Hoy en día no tenemos prestigio social, no se reconoce muchas veces nuestra labor, ni por parte de los chavales ni tampoco de los padres. Por supuesto no en todos los casos es así, pero una queja constante del profesorado es el hecho de que se nos acusa de no \»comprender\» a los alumnos, de no saber \»incentivarlos\», de \»no tener suficiente paciencia\», cuando nos enfrentamos a numerables problemas de disciplina.
Efectivamente a veces nos sentimos más cuestionados que respaldados por los padres y eso no ayuda nada. Si llamas a una casa para hablar del comportamiento de un adolescente y lo primero que encuentras son reticencias o paños calientes para explicar el comportamiento de su hijo, justificando que el hecho no es tan grave… empiezas a sospechar que a ese chaval no lo vas a poder controlar.
Es más… en la mayor parte de casos en que los padres colaboran con el profesorado y se muestran interesados por su punto de vista y refuerzan la disciplina desde casa se nota en seguida la reacción del chico/a en mayor o menor grado pero se nota, pero cada vez más nos encontramos con las frases que antes he citado… que no sabemos motivarlos, que no les comprendemos o que son cosas de críos y que no es tan grave.
Evidentemente esto enlaza con otra idea fundamental del artículo que para mí es clave. HOY EL ESFUERZO SE RELATIVIZA Y SE CREE EN EL ÉXITO SIN ESFUERZO. Es más te da la impresión de que algunos alumnos/as sólo van a poder salir adelante en programas como OT o Gran Hermano, poque no sólo no quieren estudiar, tampoco trabajar. Se ve que piensan vivir del aire. Creo que no hay una cultura del esfuerzo, que la juventud, siempre con unos márgenes muy amplios de excepciones no sabe lo que cuestan las cosas y creen que todo cae del cielo. Es la ley del mínimo esfuerzo. No sólo no hacen los ejercicios, sino que tampoco ayudan en casa y crecen sin responsabilidades, sin tener ninguna obligación y eso hace que tengamos ante nosotros a unos adolescentes que tienen muy claro cuales son sus derechos pero que no aceptan cuales son sus deberes.
Y esto nosotros es algo a nivel social… algo de lo que se debería reflexionar en cada casa, cada hogar… porque parece ser que se ha pasado de una educación demasiado hermética a otra en la que todo vale…
Enviado por: Esther Navarro
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